Con la práctica de la meditación podemos lograr el dominio de nosotros mismos, siempre y cuando desarrollemos una clara comprensión de las consecuencias de nuestras emociones. Incluso si asimilamos la noción de impermanencia -según la cual todo cambia de manera constante-, la principal dificultad radica en cultivar el desapego respecto de todo tipo de fenómenos. Si logramos entender mediante la meditación que en el universo nada surge ni se crea por si solo y que todo se transforma permanentemente a cada instante, alcanzaremos la paz mental.
Si nos percatamos de esas verdades y las combinamos con prácticas diligentes y perseverantes, evitaremos las emociones aflictivas como la tristeza, la angustia y el temor, que tanto sufrimiento nos causan.
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Fuente: Karma, meditación y sabiduría
Pequeñas historias, Grandes enseñanzas
Ven. Maestro Hsin Ting
I.B.P.S. Argentina-2011
Foto: Ven. Maestro Hsin Ting