El Zen no puede alcanzarse mediante lecturas, discusiones o debates. Sólo quienes están dotados de una gran capacidad perceptiva podrán entenderlo.
Por esa razón lo antiguos adeptos no perdían ni un momento y, aunque visitaran a numerosos maestros para confirmar la realidad de sus experiencias, jamás abandonaban la verdadera práctica ni se dejaban atrapar por las ilusiones mundanas. De este modo alcanzaban una serenidad madura de un modo completamente natural.
Procede del mismo modo y en algún momento la luminosidad de tu mente disipará la confusión y podrás contemplar tu verdadera identidad. Entonces comprenderás el origen de las pasiones e ilusiones mundanas, del mundo material, de la forma y la vacuidad, de la claridad y la oscuridad, del principio y la esencia, del misterio y de todas las maravillas.
Cuando alcances esta comprensión no habrá nada mundano ni supramundano que pueda atraparte.
Maestro Ying-an