MAESTRO ZEN WÚ DǍO - La luz de la sabiduría y la compasión - Budismo zen Alicante.


La Luz de la Sabiduría y la Compasión

En el zen se dice que seamos como lámparas para nosotros mismos. Esto significa que cada uno de nosotros tiene la capacidad de encender la luz de la sabiduría en nuestro interior. El zazen, noble herramienta en este sendero, nos permite limpiar la mente de la suciedad de los pensamientos mundanos y alcanzar la claridad. Cuando meditamos, eliminamos las capas de ilusión que oscurecen nuestro ser, revelando así el diamante luminoso que yace en nuestro interior.

El sufrimiento es una parte inevitable de la vida. Sin embargo, es a través del sufrimiento y las dificultades que tenemos la oportunidad de pulir el diamante de nuestro interior. Al igual que un diamante solo se convierte en una joya preciosa después de haber sido tallada y pulida, nuestra verdadera naturaleza solo puede brillar con la luz de la iluminación después de haber atravesado las pruebas y tribulaciones de la existencia.

En la búsqueda de la verdad, no te desanimes por los desafíos que enfrentas. En lugar de ello, abraza cada experiencia como una oportunidad para purificar y fortalecer tu ser. Como un loto que crece en aguas turbias pero florece impecablemente, puedes encontrar la paz y la iluminación incluso en medio de las aguas tumultuosas de la vida.

"Somos los artífices de nuestro propio despertar, y el camino hacia la iluminación y la liberación pasa por la comprensión, la compasión y la purificación de nuestra mente y corazón." - Maestro zen Wú Dǎo

En tu práctica de zazen y reflexión, recuerda que eres como un jardinero experto que trabaja con esmero para revelar la belleza oculta del loto de tu ser. La luz de la comprensión y la compasión brilla en ti, solo espera ser descubierta.

Imagina que nuestra mente es como un lago tranquilo y claro, reflejando la verdad última del universo. Sin embargo, a lo largo de nuestras vidas, arrojamos piedras de ilusión y apegos al lago, generando ondas de confusión y distorsión en su superficie. La práctica de zazen es como el acto de calmar el agua turbulenta, permitiendo que la superficie se aquiete para que podamos contemplar la realidad tal como es, sin distorsiones.


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