MAESTRO ZEN WÚ DǍO - La dualidad del deseo - Budismo zen Alicante.

La Dualidad del Deseo

El deseo puede conducirnos a la luminosidad de la conciencia o a las sombras del sufrimiento. Así como el agua puede nutrir o destruir, el deseo es la corriente que puede llevarnos a la sabiduría o al dolor.

Los maestros zen nos dicen una y otra vez: "El deseo es la raíz del sufrimiento". En estas palabras, yace la esencia de nuestra enseñanza. El deseo, cuando no es comprendido, es el yunque que forja las cadenas de nuestra aflicción. Nos empuja a anhelar lo que no poseemos, sepultándonos en la arena movida de la insatisfacción.

Sin embargo, en el eco de esas palabras, también se encuentra la promesa de liberación: "Libera tu mente de los deseos y encontrarás la paz". Este es el sendero que nos insta a discernir entre lo esencial y lo efímero, a desentrañar la verdad que yace en el corazón de todas las cosas.

Así como el loto emerge inmaculado del lodo, así también nosotros, a través de la comprensión del deseo, podemos encontrar la pureza de la conciencia. No se trata de negar la experiencia humana, sino de no ser prisioneros de sus ataduras. No se trata de renunciar al mundo, sino de percibirlo con claridad y aceptación.

En la práctica de zazen, encontramos la luz que disipa la oscuridad de la ignorancia. Al observar nuestros deseos con serenidad, nos volvemos testigos de su naturaleza transitoria. Permitimos que fluyan como las olas en el océano, sin aferrarnos ni resistirnos.

En el Sutra del Corazón, el Buda nos revela la esencia de la realidad: "Forma es vacuidad, vacuidad es forma". En estas palabras, se encuentra la clave para desentrañar el velo de la ilusión. Los deseos, como las formas, son efímeros y cambiantes. Al comprender su naturaleza vacía, encontramos la libertad.

En el camino medio, el deseo se convierte en el viento que impulsa nuestras velas hacia la orilla de la iluminación. En la ausencia de apego, encontramos la plenitud. En la liberación del deseo, encontramos la verdadera libertad.


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